jueves, 15 de enero de 2009

DIEGO DE GIRÁLDEZ


DIEGO DE GIRÁLDEZ

El mundo enigmático de Giráldez. Inconfundible la obra de este pintor nacido en A Cañiza, hiperrealista y sin embargo con frecuencia onírico. Hijo de un marino, vive su infancia en la villa natal, en un ámbito casi campesino. A los 8 años su familia se traslada a Vigo. Su primera exposición la realiza en Vigo, en 1975, con éxito sorprendente. Salta a Cataluña donde mantuvo amistad con Dalí y Pitxot (actual director del Museo Dalí y amigo íntimo del genial artísta ) y allí se confirma su acogida. También en Madrid su obra es alavada por críticos tan perstigiosos como Santiago Amón, Ramón Faraldo,.... De Suiza a Portugal su obra gana prestigio. La adquieren museos de España y del extranjero. En cierto modo, es único, irrepetible, su peculiar modo de utilizar el pastel mezclado con el óleo en barra. Giráldez es un realista diferente. Sus cuadros religiosos representan un mundo diferente, táctil, obsesionante. Sus gallos muertos parecen vivir en una imaginaria taxidermia. La deliberada desproporción entre los objetos representados nos conduce a un surrealismo también peculiar. Desde la máxima exactitud referencial, la pintura de Diego de Giráldez es inquietante, capaz de conmover al espíritu menos sensible. Su obra se puede encontrar en los más importantes museos del mundo desde el de El Cairo (Egipto) hasta el del Vaticano pasando por infinidad de Museos de Artes Contemporáneas, Museos de Bellas Artes, Museos Provinciales, Museos Diocesanos, Museos Municipales, Museos Específicos, ... Se puede decir, también, que es difícil que un museo español o portugués no posea un cuadro suyo.

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